Por un mundo digital inclusivo: ¿Se puede combatir la violencia de género en el mundo digital?

El avance de la tecnología nos ha permitido conectarnos, compartir información importante, hablar y crear conciencia sobre las violaciones de los derechos humanos. Pero también ha proporcionado un terreno fértil adicional para la violencia de género contra las mujeres y las niñas en un grado alarmante y con poca rendición de cuentas. 

Aunque tanto hombres como mujeres pueden experimentar incidentes de violencia y abuso online, las mujeres tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de formas repetidas y graves de acciones dañinas online. Y esto, no es secreto para nadie. 

De hecho, no es casualidad que la ONU, haya declarado que el tema del Día Internacional de la Mujer de este 8 de marzo de 2023 sea “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”.

Sin duda, incorporar a las mujeres, así como a aquellos grupos tradicionalmente marginalizados a la tecnología, permite soluciones más creativas y tiene un mayor potencial para innovaciones que satisfagan las necesidades de las mujeres y promuevan la igualdad de género. Su falta de inclusión, por el contrario, tiene un costo enorme. 

Según un estudio de la ONU, realizado en 51 países, el 38% de las mujeres han sufrido de violencia online. Pero vayamos por parte, primero, ¿qué se entiende por ciberviolencia?

Se refiere a los actos de violencia cometidos, instigados o agravados, en parte o totalmente, por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), plataformas de redes sociales y correo electrónico; que causan, daño psicológico y emocional, refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, provocan pérdidas económicas, plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física. 

La violencia online es utilizada para desacreditar el poder colectivo de las mujeres

 

 

Desafortunadamente, la violencia digital contra las mujeres en Latinoamérica se ha hecho más evidente y ha ido en aumento. Es un tema de preocupación pública y puede tener diversas manifestaciones como: ciberbullying, el sexting, el stalked, el grooming, el shaming y el doxing. 

Todos los días, escuchamos sobre mujeres y niñas que han sido víctimas -por nombrar solo algunas- de imágenes o videos compartidos sin consentimiento, intimidación y amenazas por correo electrónico o plataformas de redes sociales, incluidas violaciones y amenazas de muerte, acoso sexual online, así como la suplantación de identidad y el daño económico a través de medios digitales. Las niñas jóvenes son particularmente vulnerables a la explotación y el abuso sexual, así como al acoso por parte de sus pares en el espacio digital. 

Además, puede ser especialmente dañina para aquellas mujeres y niñas en riesgo o expuestas a formas cruzadas de discriminación. Por ejemplo, las mujeres de color se ven más afectadas por la violencia en línea o a través de medios digitales que las mujeres blancas, y las mujeres negras tienen un 84% más de probabilidades de recibir tuits abusivos en Twitter. Las mujeres pertenecientes a minorías religiosas o étnicas también pueden ser un objetivo particular, según la OEA (Organización de los Estados Americanos).

Amnistía Internacional también encontró que las mujeres con discapacidad, lesbianas, bisexuales, transgénero o intersexuales (LBTI) experimentan tasas más altas de abuso en línea en Twitter. Así como los activistas LBTI que toman un papel activo en los foros públicos, son particularmente atacados por su orientación sexual y expresión de género. 

Sin embargo, estas amenazas y ataques digitales siguen siendo difíciles de cuantificar debido a varias inhibiciones, incluida la cultura del silencio y la ausencia de mecanismos de denuncia estructurados.

El abuso online a menudo se considera una forma de abuso “menos grave”, pero puede tener consecuencias en la vida real, como el suicidio.

 

 

La ciberviolencia es un problema mucho más grande de lo que queremos reconocer

Existen muchos problemas en el mundo que simplemente no se reconocen en la medida en que deberían serlo. La ciberviolencia en realidad es un problema mucho más grande de lo que queremos reconocer. Pero es un área en la que es muy difícil recopilar datos porque las personas normalmente no informan sobre esto. Los signos no son físicos, el impacto es más mental. Y así, debido al subregistro y a la falta de conocimiento, no se comprende ni se trata lo suficiente.

¿Cuál es el papel de las grandes plataformas tecnológicas como Facebook, Instagram, TikTok o Twitter, cuando se trata de garantizar y proporcionar un espacio online seguro para las mujeres?

La tecnología tiene un papel muy importante que desempeñar ya que se aventuran en el mundo de la realidad virtual. En el caso de Facebook, por ejemplo, busca reinventarse a sí mismo como Meta, en esta se establecen algunas reglas de participación muy claras en lo digital, y las cumple. Realmente se está haciendo un esfuerzo para garantizar que no haya ciberviolencia. Es un paso, pero sabemos que falta mucho todavía. 

¿Cómo protegerse?

El primer paso para combatir la violencia es identificar y saber qué significa cada concepto, pues la violencia digital puede tomar muchas formas, y algunas de ellas incluso pasan desapercibidas por darse en un contexto virtual, pero al final, las posiciones sexistas o misóginas son una expresión más en contra de las usuarias de la red.

Sin mencionar que, aquellas personas que sufren ciberataques se sienten desprotegidas ante una legislación y normativa escasa en materia de delitos informáticos.

Para prevenir la violencia de género digital, los expertos fomentan la aplicación de las siguientes medidas: 

– Actualización de los dispositivos: Un dispositivo actualizado es menos vulnerable ante los ciberataques. 

– Protección frente a accesos no deseados: Las contraseñas y patrones de desbloqueo deben ser secretos, complejos y seguros, pues constituyen la primera barrera de seguridad para proteger la privacidad. 

– Contenido encriptado: La mayoría de los sistemas operativos ofrecen la opción de cifrar el contenido del móvil, de forma que para acceder a cualquier información hay que introducir una clave de seguridad.

– Gestión de contraseña: Además de no revelar a nadie las contraseñas, debe evitarse apuntarlas y utilizar una misma contraseña para todos los accesos. Para facilitar el trabajo, puede utilizarse una herramienta de gestión de claves.

Las consecuencias de sufrir este hostigamiento online son devastadoras para la reputación y la salud física y mental de las personas afectadas.

 

Recursos disponibles:

Día Internacional de la Mujer 2023: «Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género» – ONU MUJERES

La violencia de género en línea contra las mujeres y niñas: Guía de conceptos básicos, herramientas de seguridad digital y estrategias de respuesta – Organización de Estados Americanos (OEA)

Respuesta urgente, voluntaria y necesaria para la violencia de género a través de la publicación no consensuada de imágenes y videos personales Acoso.Online

Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas – (PAIMEF).

Apoyamos el empoderamiento de las mujeres hacia una feminización de la tecnología. https://nuevo.activistasxsl.org/

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“Es hora de decir que la violencia contra las mujeres es una crisis de salud pública”.

— Anita Bhatia, secretaria general adjunta de la ONU y directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres

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Nathaly Bosch

Colaboradora para CIMMT.

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