Que se escuche fuerte tu voz ¡Yo también soy Mamá!

Culturalmente se nos ha enseñado que Mayo, es el Mes de las Madres. Es un mes que se celebra en todos lados. Es un festejo mundial, además esta celebración pareciera una deuda generacional.

No dudo que ese día sea tan esperado por muchas Mujeres que crían o criaron hijos. Una labor tan ardua, solitaria, y poco visible se esfuma en un solo día de gratitud y celebración. Al menos un día, con mucha suerte el mes.

¡Si! toda Madre, merece ser conmemorada, por su labor tan poco valorada socialmente. Aún así, la queja de muchas será “He hecho tanto por mis hijos, que me celebren un día del mes, no es suficiente”. Muchas dirán, “el día de las Madres no es un solo día, son todos”.

 

 

Te contaré una anécdota, tenía unas 24 semanas de embarazo cuando el día de las madres había llegado. No había dormido la noche anterior, porque mi hijo Ethan se había movido, se me había encajado varias veces en mis costillas. Le llamaba hijo nunca le llame embrión, ni feto, ni producto.

¡Por fin tendré un día de las Madres!, me decía, estaba muy feliz. Habían sido 7 años arduos de búsqueda, un camino agotador. Habiendo celebrado de forma agridulce a todas las mamás de mi familia, ya daba por sentado que era mi día.

Me encontraba revisando el celular, cuando de pronto me llega el mensaje de una amiga ¡No te felicito porque tu aún no eres mamá! ¡Cuando nazca si serás mamá y te felicitaré! Hoy lo cuento como si fuera ayer y trato de contener una profunda respiración, para no decirle todo lo que paso por mi mente. Seguro, no lo dijo con mala intención, pero sus palabras me dolieron, y hoy siguen doliendo.

A las pocas semanas, mi hijo murió en útero. En un eco control, me dijeron que ya no tenía latidos. Aquel Mayo 2021, recuerdo que parí, conocí, bautice, canté, y acuné a mi hijo. Parecía una leona oliendo a su cría, pero destrozada emocional y físicamente; llorando, abrazando. Aún lo sentía tibio junto a mi pecho. Le revisé todo su cuerpo, lo contemplaba mientras estuvo en mis brazos y en los de su papá. Pasado el tiempo de este duelo que es y será para siempre, me pregunto ¿Quién soy para la otra Mujer – Madre? ¿Quién soy para la Mujer – Madre que tiene hijos vivos?

Si un día de las Madres, estando embarazada yo no era nadie para esa Mujer, yo no era Mamá, con la experiencia de haber visto trascender a mi hijo con tan corta edad gestacional ¿Quién era ahora?

Algunas comunidades, se han encargado de anunciar que existe un día de la Madre Doliente, pero eso no ha hecho más que seguir dividiendo y fracturando el horizonte de Madres que hay en el mundo.

¿De qué se trata Ser Madre? Ser Madre es una línea subjetiva muy delgada, que va desde lo que piensa la otra Mujer hasta lo que piensas tú. Creo que nos queda mucho cambio por hacer, mucho camino por recorrer y reflexionar. 

No existe un modo o camino único de ser mamá, pero mientras las Mujeres no reconozcamos a las otras, estamos dejando a favor que reine el egocentrismo y el romanticismo respecto a lo que significa ser mamá. Estamos idealizando y dando recetas unilaterales de ser Madre, anulando subjetividades y vivencias, anulando a otras hermanas.

Hoy quiero decirte a ti y a todas las mujeres que luchan por su deseo de ser Madres, a quienes se retiraron, a las que aún siguen poniendo el cuerpo una y otra vez, a la que materna un hijo en el cielo, la que adoptó un hijo, aquella que llegó con brazos vacíos del hospital y el corazón lleno de amor ¡Tú también eres Mamá! 

Te respeto, honro y reconozco como Mamá desde el día que decidiste desear hijos y entregarte a su encuentro (haya llegado a materializarse o no). 

Grítalo fuerte: ¡Yo también soy Mamá! 

 

**Las Mujeres con los brazos vacíos, también somos madres**

 


Mi nombre es Erika Guedez, Psicóloga y Psicoanalista. migrante V¡venezolana residiendo en EEUU. Mamá de Ethan, mi estrella fugaz, mi hijo nacido al cielo. 

Mail: guedezerikak@gmail.com 

IG: @erikaguedezpsicoanalista

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Nathaly Bosch | Redactora

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