Confieso que, cuando me invitaron a participar, respondí un “sí” inmediato sin tener idea de qué se trataba. El impulso emocional fue por el deseo constante de visibilizar realidades que, cualquiera sea su naturaleza, han permanecido [convenientemente] al margen de las dinámicas de la humanidad.
Intersexualidad, hoy conocido como uno de los “trastornos de desarrollo sexual”, es un término clínico otorgado a todas las personas que nacen con cuerpos que no coinciden con lo estrictamente masculino o femenino.
La palabra arriba subrayada es precisamente la que quiero destacar: NACEN, así vinieron a este mundo. No les preguntaron, no lo decidieron, simplemente ocurrió y sigue ocurriendo.
Si eres seguidor de Darwin y su teoría tienes a disposición un infinito número de investigaciones que sustentan esta realidad y si, por el contrario, estás en las filas de Dios pues con recordarte aquél versículo del Génesis: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” tendríamos mucho más sobre qué especular o juzgar. Cualquiera sea tu posición, inclusive si no te encuentras dentro de estos dos radicales grupos, la intención de iniciar con esta segmentación de pensamientos es que despertemos a reconocer que son seres humanos al igual que tú y que yo.
Las ideas que estás leyendo fueron inspiradas en la película “XXY”, Argentina, del año 2007 y ganadora de una buena lista de premios internacionales, disponible en YouTube por si te animas a verla.
Esta película muestra un abanico de situaciones alrededor de la intersexualidad, pretender abordarlas en este espacio sería perdernos del foco que arriba leíste, por lo que aquí solo te dejo las ideas que para mi fueron de mayor impacto en atención a que el 8 de noviembre es el día de la solidaridad intersexual.
Comencemos con números: “Entre un 0,05% y un 1,7% de la población mundial nace con rasgos intersex; el porcentaje que representa el umbral superior es similar al número de personas pelirrojas”.
Te pregunto:
¿Eres de los que al ver una persona pelirroja pide un deseo?
¿Recuerdas a Ron Weasley?
¿Le preguntas si puedes acariciar su cabello? ¿Le sonríes de inmediato?
Y te sigo preguntando:
Ante una persona Intersex ¿Qué has hecho? ¿Qué harías?
¿Le preguntas cómo se siente, qué necesita, cómo puedes ayudarle?
¿La abordarías o evitarías cualquier tipo de acercamiento?
Te hago estas preguntas porque las probabilidades de que nos crucemos con pelirrojos es casi la misma a con personas intersex.
¿Estás consciente de esto?
Y ya que estamos en esta ´conversación´, pues hablemos de comunicación. La película, aun cuando es carente de largos diálogos, deja diametralmente claro que el pilar sobre el que se erige el manejo de una situación como ésta es precisamente la comunicación. Bien sabemos que este proceso es multifactorial, ahora imagínate lo que representa ante la realidad de que un miembro de tu familia nazca intersex. Nada fácil, ¿cierto?
Yo observé 9 entornos de comunicación (quizá tu logres identificar algún otro) y aquí te los dejo:
- Entre ambos padres
- Entre el padre y Alex
- Entre la madre y Alex
- Entre los padres y los médicos
- Entre los padres hacia Alex
- Entre ellos 3 hacia el exterior
- Entre Alex y su exterior
- Entre el exterior con el exterior
- Entre Alex con Alex
Pocas fueron las coincidencias que pude identificar entre esos entornos. Adicional a esto, se muestra una lamentable desconexión entre el propio núcleo familiar (Padre + Madre + Alex) Esto me impactó sobre todo por lo real que suele ser que, como humanos, ante aquello que no sabemos cómo enfrentar, huyamos cada uno a nuestras propias cuevas.
Los temas tabús por lo general tienen más detractores que activistas y la intersexualidad no es la excepción. Ahora, cuando el tabú comienza en casa eso es otro nivel de complejidad. En mi país usamos la expresión “Manto Negro” para denotar aquello sobre lo cual no se quiere/no se debe visibilizar y, para ello, le decimos que le colocamos ese fulano manto. Esta fue una dinámica generacional frecuente entre la época de los 60’s hasta casi los 90’s y que finalmente empieza a romperse con la llegada del nuevo milenio.
¡Enhorabuena!
Hoy estamos delante de otra realidad respecto a todo aquello que fue invisibilizado. Para bien o para no tan bien, contamos con múltiples ventanas que nos sirven para comunicar lo que sea, e inclusive con muy pocas restricciones, lo que nos otorga la sensación de libertad para la expresión del pensamiento.
Ya para finalizar, y volviendo a la película que sirvió de base para estas líneas, arriba te subrayo de nuevo una palabra que personalmente amo cualquiera sea el contexto: libertad. Específicamente, para este momento, quiero que la veas como un tesoro muy tuyo, muy mío y también muy del otro. De ese otro que tal vez ni sabes su nombre y que quizá jamás te cruzarás en una calle, pero ese otro que ¡existe! Ese ser humano que nació intersex, ¡existe! Como tú y como yo existimos.
Y por el solo hecho de existir merece vivir en libertad, en la libertad que da la oportunidad de expresarse en las formas que decida, en esa oportunidad que da elegir sobre su propio cuerpo, darse prioridad por encima de los cánones sociales, religiosos y hasta (dizque) morales. Porque así como tú y yo cada día elegimos, ellos tienen exactamente ese mismo derecho y es nuestro deber respetarlo y justo hoy, defenderlo.
Seamos una voz humana, amorosa y compasiva para aquellos, que por temor histórico, han decidido callar.
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Por: Claudia Sophía
Ig: @pana_yaestuvo
Colaboradora para CIMMT.