¿De dónde saca la piel el lobo que se viste de oveja?

                                     La Manipulación Altamente Encubierta

 

 

 

I. ¿Por qué este título? ¿Cuál es el problema?

 

Esta investigación está pensada para las víctimas que aún hoy no saben qué les pasó, qué les pasa o les está pasando ni cómo ni por qué pasó. A las que están muertas en vida, todavía por los efectos del estrés postraumático complejo. Hay mucho desconocimiento sobre el tema de las relaciones con personas manipuladoras y depredadores emocionales.

 

De ningún modo, el título de este trabajo es irónico, sarcástico, ni es una burla que intente (re)victimizar de alguna manera a quién ha sufrido en un tipo de relación marcada por la manipulación, la simulación, la culpa, el trauma de traición, y el abuso emocional y psicológico con la finalidad de sacar provecho y finalmente destruir a la víctima.

 

Por el contrario, con este título aparte de interpelarnos a la reflexión como sociedad que aúpa, promueve e incentiva el discurso autorreferenciado, el individualismo y su correlato: el machismo; o que se hace de la vista gorda porque no puede o no quiere ver la maldad como una realidad que nos acecha en cualquier entorno de la vida social. Como un asunto de interés público y no tan sólo de la esfera privada.

 

Una de las principales cuestiones que dificulta la recuperación de las víctimas es que nadie les cree lo que han vivido y, en un principio, una misma tampoco lo cree. Su propio entorno familiar y de amigos cree que se trata de una mala ruptura, de un mal de amores, de un despecho, de una exageración, o cuando mucho de una relación tóxica, pero en ningún caso, de un manipulador maligno.

 
 

 

 

Estas personas están entre nosotros. Conviven en las escuelas, las familias, los trabajos, las iglesias (de cualquier credo), en las empresas, en el vecindario, en los campos deportivos, en la política, el arte, la economía, dirigen naciones y la carrera armamentista. Puede ser tu jefe, tu profesor, el chofer de autobús, el policía, tu vecino, el cura, el rabino o el pastor, el alcalde, tu esposo o esposa, tu hermano o hermana, tu padre, o incluso, tu madre.

 

Cualquiera de nosotros en cualquier momento es susceptible de convertirse en víctima/huésped de uno de estos seres encantadores, seductores, malignos y malévolos. Su fortaleza es la competencia discursiva que tienen, el desconocimiento del tema que tenemos nosotros, nuestra incredulidad de que el mal existe, opera entre nosotros para parasitar y depredar y tiene número de cédula; puesto que lo hemos banalizado y relativizado en nuestra sociedad actual y, por supuesto, su enmascaramiento, la falsedad, la mentira, su capacidad camaleónica para crear personajes hechos a la medida según requiera el contexto y sus participantes, para sus propios intereses. 

 

Recuerda: Los monstruos no lucen siempre como monstruos. Después de todo, Lucifer es el más bello de los ángeles.

 

Desde hace varios años investigo la violencia discursiva contra la mujer. Esto me ha llevado a profundizar en el uso del lenguaje con fines perversos y dar cuenta de la sofisticada tecnología discursiva que se aplica a fondo en la manipulación.

 

En esta serie de artículos intentaré explicar desde el Análisis del Discurso cómo funciona la manipulación, resignificar la experiencia y poner el acento en la inocencia de las víctimas/huésped, elemento nuclear de su recuperación. Que entendamos que no son tontas, ingenuas, confiadas, ignorantes, masoquistas o codependientes. Son atacadas por un depredador intra-especie.

 

La manipulación perversa es un tipo de comunicación basada en el poder y control. No niega el deseo de los demás, sino que se lo construye. Esta investigación hace un recorrido desde la experiencia de muchas víctimas con un manipulador perverso y las consecuencias que este tipo de interacción prolongada tiene para la salud física, psíquica, espiritual y el entorno social de las víctimas.

 

La investigación pretende comprender cómo se falsifica el pensamiento por el lenguaje. Son palabras en uso que le construyen trampas al pensamiento dejándolo preso, que como pequeñas cápsulas de veneno, son tragadas sin uno darse cuenta.

 

Todos los dominadores usan deliberadamente palabras para confundir la conciencia, desvirtuar la realidad y explotar recursos.

 

 

manipulador
La violencia económica puede parecer «sutil», pero es una forma importante de control para los agresores.

 

 

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Yelitza Ramírez Díaz. 

Licenciada en Artes (2001), Universidad Central de Venezuela. Facultad de Humanidades y Educación. 

Magister Scientiarium en Estudios del Discurso. 2010.

 
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Nathaly Bosch | Redactora

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