San Juan y Juneteenth, cultura afrovenezolana resuena en Filadelfia

Portadores culturales del tambor venezolano compartieron su música y danza en la ciudad.

La comunidad venezolana en Filadelfia se unió a las celebraciones del Juneteenth con el taller interactivo “Raíces y ritmos: La influencia africana en la diáspora venezolana y en Latinoamérica” que tuvo lugar en Taller Puertorriqueño y fue guiado por el artista y la historiadora afrovenezolanos, Carlos Talez y Evelyne Laurent-Perrault, respectivamente.

Para comenzar la Doctora disertó sobre los procesos de colonización y esclavización que permearon la cultura y la tradición venezolana. Mientras que Talez guió un taller interactivo en el que enseñó a los invitados pasos básicos del sangueo.

El Sangueo es un golpe de tambor lento que se toca esencialmente al santo católico Juan Bautista. Es el ritmo ceremonial que acompaña la procesión al santo por el pueblo cada 24 de junio.

La festividad es resultado de la fusión entre la devoción católica a San Juan Bautista y los ritos africanos de quienes fueron asentados en las costas y valles centrales venezolanos durante la colonización. Cada año, las personas llenan las calles ondeando pañuelos y banderas de colores, avanzan al ritmo de los cumanos hasta llegar a un lugar determinado donde, reunidos en círculo, bailan el “golpe del tambor”.

Esta es una muestra de la resistencia cultural de la diáspora africana en los diferentes territorios que fueron plaza de la esclavitud, una respuesta a la prohibición del culto religioso y las prácticas culturales africanas por medio de la colonizacion y la consiguiente imposicion del cristianismo.

Y como si hacer sonar el tambor nos permitiera identificarnos, diferenciarnos y resistir en cualquier espacio por complejo que sea, Carlos Talez y sus músicos crearon el ambiente para que cada asistente disfrutara de varios ritmos afrolatinoamericanos y honraran su raíz.

El artista hizo un recorrido por la bomba, la plena, el quitiplás, el sangueo, la murga, la rumba y el guaguancó. Se dio así un intercambio multicultural donde cada participante, a pesar de provenir de diferentes países latinos, encontraron similitudes entre sus bailes típicos y danzaron también con ritmos vecinos.

¿Por qué los venezolanos en Filadelfia se unen al Juneteenth?

Aunque a muchos les pueda parecer que hay distancias abismales entre la diáspora afrolatina y la afroestadounidense, quedó demostrado en la exposición de la Dr. Evelyne Laurent-Perrault que ambas regiones comparten similitudes en su desarrollo histórico y proceso de resistencia.

“Las personas esclavizadas (en Venezuela) nunca aceptaron la esclavitud ni perdieron su humanidad, a pesar de la violencia brutal a la que eran sometidos intentaron recuperar su autonomía, libertad, pertenencia social y dignidad”, explicó Laurent-Perrault.

En Venezuela la extracción de perlas, el trabajo en las minas de oro, y en las plantaciones de cacao, caña de azúcar y café eran las actividades que mas dependian de la esclavitud. En Estados Unidos, en las regiones del sur, las colonias británicas emplearon este método inhumano para sostener las plantaciones de tabaco, algodón y arroz. Diferentes fines, mismo opresor.

Evelyne Laurent-Perrault añadió que, a fin de recuperar su libertad y derechos humanos, las personas esclavizadas en Latinoamérica sabotearon el trabajo, destruyeron las herramientas, huyeron a centros urbanos o pueblos cimarrones, llamados en Venezuela “cumbe o rochela”. La rebelión de Miguel de Buría en 1552 y la Insurrección de Coro en 1795 son ejemplo de estos levantamientos por la libertad. 

En Norteamérica, protagonizaron revueltas como la Rebelión de Stono (1739) en Carolina del Sur o la Sublevación de la costa alemana (1811). Su intención también era huir, liberarse de la explotación tras haberse establecido la esclavitud basada en la raza. 

Aunque muchas de estas rebeliones fracasaron, sí influyeron en que el 19 de junio de 1865 se firmara la abolición de la esclavitud, razón por la cual se celebra en Estados Unidos el Juneteenth, Día de la liberación.

Las mujeres, por su parte, jugaron un papel esencial en todos los procesos de resistencia. En las comunidades de refugio que crearon en Estados Unidos para asentarse cuando huían o rochelas (como se les llamaba en Venezuela), garantizaron la estabilidad social y alimenticia e hicieron un gran trabajo de preservación cultural e identitario. Quienes trabajaban en los servicios domésticos muchas veces obtenían información útil para planear escapadas, mientras que otras dibujaban los caminos de huida en sus trenzas.

También pusieron sus conocimientos al servicio comunitario compartiendo recursos naturales para la curación de enfermedades, métodos colectivos de cuidado y crianza, y estrategias de cimarronaje.

Su participación y liderazgo en la política de resistencia contra la discriminación y el racismo las mujeres afrodescendientes siguen siendo un referente de liberación. Tal es el caso de mujeres como Rosa Parks y Angela Davis en Estados Unidos. En Venezuela conocemos otras como Juana Ramírez “La Avanzadora” y Petronila Mata, esta última es un icono de la resistencia cultural negra y en especial de las festividades de San Juan Bautista.

Conocer la historia de la esclavitud, bailar golpe de tambor y celebrar el San Juan, tal y como se hizo en “Raíces y ritmos”, es la forma de reivindicación que, desde la migracion, se articula para reconocer a quienes lucharon por su libertad y sus derechos, y crearon estrategias para salvaguardar la tradición.

Las mujeres afrodescendientes han sido esenciales en la transmisión cultural de estas celebraciones como las conocemos hoy. En el golpe del tambor, por ejemplo, nos han enseñado que la gestualidad femenina no se subordina a la del hombre, sino que es una reafirmacion del cuerpo negro, de nuestra autonomia y un desafio a las cautelas ante el deseo del cuerpo que plantea la religión católica colonial.

 

Este tipo de eventos muestran la importancia del intercambio cultural entre las comunidades de ascendencia afro que convergen en Filadelfia. Hacen un llamado al respeto de nuestras tradiciones comunitarias, y a la preservación de la cultura como arma de resistencia frente al racismo, la subestimación y la segregación, en el contexto sociopolítico actual. 

“Raíces y ritmos” fue organizado por Casa de Venezuela, promotora de la cultura, raíces, tradiciones y folklore del país suramericano en el Valle Delaware y Lehigh, por medio de programas y eventos comunitarios, sociales, educativos y culturales. Se unieron al apoyo y financiamiento de esta actividad cultural Quetzy Lozada, Consejal del 7th Distrito, Ritmo/Lab y el Consejo de Artes de Pennsylvania.

 

Por:  Lixandra Díaz Portuondo , periodista.

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